Rosmina Suárez Piña
Tomado de Efecto Cocuyo. Para ir a la fuente original marcar aquí
“Lago de Maracaibo, el de las aguas de seda, donde llegara el de Ojeda quedando maravillado. Tus riquezas petroleras al mundo tiene maravillado…”, describe la gaita de 1965 “Lago de Maracaibo”, de la agrupación Compadres del Éxito.
Pero 57 años después de esa icónica gaita, que aún se escucha en la región zuliana, esas riquezas petroleras están “asfixiando” al estuario zuliano: ya no tiene aguas de seda, sino llenas de petróleo.
Solo en junio, el Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales (Ovdha), programa de la organización Clima 21 Ambiente y Derechos Humanos, registró ocho derrames petroleros en cuatro estados venezolanos: Zulia, Monagas, Falcón y Anzoátegui.
Zulia es el estado con mayor número de reportes de derrames petroleros (tres) en el más reciente reporte. Pero, aunque parece un número bajo, el dato real es que las fugas de petróleo producidas por estructuras abandonadas en el lago de Maracaibo son constantes: no se detienen.
“Entre 300 y hasta 1000 barriles diarios de crudo se derraman en el Lago y sus orillas, afectando principalmente la pesca”, señala a Efecto Cocuyo Yohan Flores, director de la Fundación Azul Ambientalistas.
Flores cita que entre 2010 y 2016 la NASA, a través de su observatorio terrestre, registró entre 40.000 y 50.000 fugas de petróleo, un problema que, además de persistir, se une a la contaminación por plástico y verdín en el lago.
Petróleo en todo el lago
En octubre de 2021, aquella foto capturada por el Nasa Earth Observatory mostró el verdadero estado del lago de Maracaibo: sus aguas verdes y negras, no por la edición final de colores en la foto, sino por la contaminación.
A casi un año de esa foto, estimaciones locales y del Ovdha confirman que el petróleo está en todo el lago y las manchas abarcan más de 30 kilómetros entre dos municipios zulianos: Mara y toda la zona costera de Maracaibo, la capital.
“El epicentro del derrame petrolero en estos momentos se ubica en Santa Cruz de Mara, en el municipio Mara, y ya abarca 13.000 kilómetros de nuestro lago de Maracaibo”, expone Flores.
La extensión del lago es de 13.210 kilómetros cuadrados.
¿Cómo se obtiene información de los derrames petroleros en las costas?
El Ovdha viene registrando los reportes de derrames petroleros desde 2021, cuando publicaron el informe Derrames Petroleros en Venezuela (2016 – 2021) ¿Derechos humanos naufragando en un mar de petróleo derramado?.
En esa primera entrega, recopilaron información de 199 derrames petroleros registrados desde el último informe publicado por la estatal Petróleos de Venezuela, S. A. (Pdvsa) en 2016.
Alejandro Álvarez, director de Clima 21, explica que la información que reúne el Ovdha para sus informes proviene de tres fuentes: medios de comunicación, denuncias en redes sociales y reportes satelitales del jefe del Laboratorio de Teledetección y Análisis Geoespacial de la Universidad Simón Bolívar, Eduardo Klein, más una red de observadores en las costas.
Sin embargo, al no haber información oficial de Pdvsa, la cantidad de reportes suele ser más baja que la recopilada hasta 2016 por la empresa petrolera.
“Nosotros cruzamos toda esa información (medios, redes y observación) y no es totalmente adecuada (la cantidad). Eso se puede ver en el informe sobre derrames de 2016-2021, que los números que nosotros colocamos no pueden ser comparables con lo que daba Pdvsa hasta 2016 en su último informe. Pdvsa hablaba de un promedio de 50 derrames diarios y nosotros llegamos a una cantidad pequeña en el último mes porque es el alcance que nosotros podemos medir”, explica Álvarez.
Otra razón por la que el número de reportes registrado por el Ovdha suele ser menor al reportado por Pdvsa hace más de seis años es que muchos derrames petroleros suelen ocurrir dentro de instalaciones petroleras, un número que no pueden registrar desde el observatorio venezolano.
Además, casos como el del lago de Maracaibo es casi imposible de calcular con un número por la continuidad de los derrames.
“El peor de todos los casos y situaciones es lo que ocurre con el lago de Maracaibo, donde los derrames son continuos. Es decir, ahí no es que hay uno o dos derrames, es que no para de haber derrames. Es algo que va más allá del control, es el abandono. Hay una enorme cantidad de tuberías en muy mal estado y siguen filtrando continuamente el petróleo”, describe Álvarez.
Van 44 derrames en seis meses
En el primer semestre de 2022, de enero a junio, el Ovdha registró 44 derrames petroleros en cuatro estados: Zulia, Falcón, Anzoátegui y Monagas. De ese total, 22 fueron registrados en el lago de Maracaibo.
Para junio, reporta el observatorio, por primera vez se registraron dos derrames en un mismo día y en dos estados distintos: el 17 de junio hubo derrames en Zulia (lago de Maracaibo) y en la costa de Puerto Píritu, estado Anzoátegui.
De acuerdo con el informe de junio, “la respuesta oficial fue, en general, más activa que en meses anteriores, ya que más de la mitad de los casos tuvieron alguna respuesta. Sin embargo, esto no implicó soluciones efectivas ni cónsonas con la situación, siendo la improvisación y ausencia de equipos de protección adecuados lo más común”.
Los derrames no pueden ser normalizados
En palabras del biólogo Álvarez, Maracaibo “es la primera gran zona de sacrificio en Venezuela” en lo que respecta a los impactos de la industria petrolera, que está próxima a cumplir 100 años de presencia en la región.
“Cuando ocurre un derrame y afecta a una comunidad, impacta en noticias. Pero a veces un derrame que ocurre todo el tiempo ya no es noticia y eso hay que evitarlo. En 100 años de daño que ha producido la industria petrolera en la zona, nosotros no sabemos ni tenemos idea de cómo era el ecosistema de las costas”, añade el experto.
Para Flores, la urgencia de tratar el problema de los derrames petroleros radica en la importancia del lago de Maracaibo para las comunidades pesqueras y la región en general.
“Muchos zulianos viven de la pesca; es una fuente económica muy importante para la región y con ella pueden subsistir y mantener a sus familias. Muchos atletas hacen deportes en el lago. Muchas empresas ofrecen servicios de kayaks y otros mecanismos de navegación, pero se hace imposible introducir los equipos porque se dañan con el petróleo. Otro problema es que también hay personas que se bañan en el lago y se han visto afectadas por enfermedades, pues el plástico es un agente muy contaminante”, describe el director de Azul Ambientalistas.
Necesitamos una empresa petrolera responsable
“El gobierno nacional debe trabajar en conjunto con el gobierno regional y municipal, pero este último no lo puede hacer solo. Tienen que trabajar los tres niveles de gobierno para encontrar mecanismos para sanear nuestras aguas y exigir controles a las empresas para evitar que los derrames sean constantes en nuestro lago”, puntualiza Flores.
Una de las recomendaciones por parte del Ovdha es que “necesitamos una empresa petrolera responsable, una empresa que tenga capacidad, con planes de contingencia (…) y se comprometa a cumplir el Pacto Mundial para Océanos Saludables”.
Mientras tanto, y aún sin pronunciamientos oficiales, aquella imagen del lago azul o costas donde la gente solía bañarse, tomar agua o navegar, va quedando solo en historias. Porque, en efecto, la actuación del Estado es crucial para detener el problema de los derrames petroleros.