Le pedimos a un programa de inteligencia artificial que redactara un artículo sobre la importancia de la participación juvenil en la acción climática en Venezuela desde la perspectiva de los jóvenes.
No queremos ni podemos sustituir la acción, ni la inteligencia humana. Tampoco sería ético. Sólo queríamos ensayar con nuevas tecnologías que están disponibles para algunos jóvenes en la actualidad.
Este es el resultado ¿Cómo valoras el resultado de este ejercicio? ¿Qué otros aspectos o enfoques hubieses incluido?
¿Te has puesto a pensar en cómo el cambio climático nos está afectando a nosotros, los jóvenes venezolanos? Es un tema que a veces suena lejano o demasiado técnico, pero la verdad es que nos toca de lleno. Creemos que es momento de dejar de ser solo espectadores y convertirnos en protagonistas de la acción climática. Les voy a dar tres razones, desde mi perspectiva, de por qué nuestra participación no es opcional, ¡es urgente!
1. Somos los que viviremos las peores consecuencias
Imagínate esto: estamos en 2030. Las sequías son más largas, las inundaciones más frecuentes y enfermedades que antes no eran un problema ahora lo son. Y esto es solo el comienzo. Mi generación y las que vienen seremos las que enfrentaremos las peores crisis climáticas. Nos tocará vivir en un mundo con recursos más escasos y un ambiente más hostil si no hacemos algo ahora.
Ya lo estamos viendo. Cuando se va el agua por días o cuando las lluvias arrastran todo a su paso en cualquier estado de Venezuela, somos nosotros, los jóvenes, quienes perdemos clases, vemos cómo se dañan nuestros hogares y nos enfrentamos a un futuro más incierto. No podemos seguir con la idea de que esto no nos afecta. Si no nos involucramos, estamos dejando que otros decidan sobre la calidad del aire que respiraremos y el futuro que tendremos.
2. Tenemos el derecho de ser escuchados
Esto es algo que a veces se nos olvida, pero es fundamental. Como jóvenes, tenemos el derecho humano a ser parte de las decisiones que moldean nuestro presente y, más importante aún, nuestro futuro. Si el cambio climático va a impactar cada aspecto de nuestras vidas —desde dónde podemos estudiar hasta qué trabajo podremos tener—, ¿por qué no ser nosotros quienes exijamos soluciones y participemos en ellas?
Hemos visto en el mundo cómo jóvenes activistas, a través de plataformas y movilizaciones, han logrado poner la crisis climática en el centro de la conversación. No es una moda, es una necesidad. Es nuestro momento de levantar la voz y recordarle a todo el mundo que nuestro futuro no es negociable. Ya la justicia internacional está dando la razón a los jóvenes, así que ¿por qué no reclamar nuestro espacio aquí en Venezuela?
3. Somos el motor del cambio
A lo mejor te sientes pequeño frente a un problema tan grande, pero créeme, tenemos un poder inmenso. Como generación, somos los que nacimos con la tecnología en las manos. Manejamos redes sociales para movilizar, creamos campañas con un click y usamos herramientas digitales para comunicar la ciencia de una forma que a nadie le aburre.
Pero no es solo la tecnología. También somos una generación que valora la diversidad de pensamiento. Nos interesa conectar con los conocimientos de nuestros abuelos, los saberes ancestrales de las comunidades indígenas y rurales, para buscar soluciones que sean genuinamente venezolanas y sostenibles. Mezclar la innovación tecnológica con el respeto por nuestras raíces es nuestra gran ventaja.
Por eso, no somos solo víctimas. Somos innovadores, comunicadores y líderes. Nuestro potencial para generar un cambio real es algo que no se puede ignorar. En Clima21, estamos listos para trabajar contigo y con cada joven venezolano que quiera ser parte de la solución.
Si eres un joven, o si conoces a uno, apóyalo: Dale un espacio, escucha sus ideas y confía en su capacidad para liderar. Porque el futuro que queremos lo vamos a construir nosotros.





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