PDVSA, una empresa de riesgo altamente contaminante y depredadora de los ecosistemas

Con 100 años de actividades petroleras en el país también se cuenta con un siglo de derrames diarios desde esas instalaciones

Por Rafael Arias

Tomado de Cima News 360. Para ir a la fuente original marcar aquí

Los incidentes dentro de las refinerías se han vuelto parte de la dinámica diaria, de la que fuese en alguna época una de las empresas más sólidas del mundo. Hoy, Petróleos de Venezuela (PDVSA) padece los efectos de la desinversión; y una dudosa gestión medioambiental que ha quedado en evidencia en el monitoreo de las ONG y medios de comunicación.

La gravedad de los derrames petroleros es notable, incluso en septiembre de 2021; en un informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos (DD.HH) Michelle Bachelet expresó su preocupación por la falta de aplicación de normas ambientales de la industria petrolera ante los constantes derrames que suceden en el país.

En octubre de 2021, la NASA hizo públicas imágenes satelitales que mostraban la contaminación del Lago de Maracaibo en el estado Zulia; debido a los constantes derrames petroleros y por algas que se extienden por toda la superficie del agua de este importante reservorio acuático.

Incendio tóxico

Uno de los más recientes eventos ocurrió tras un incendio de mediana magnitud que elevó una cortina de humo sobre las poblaciones de 23 de Enero, Los Rosales, El Milagro, Puerta Maraven en la refinería Cardón, en la península de Paraguaná del estado Falcón, el 22 de mayo de 2022.

Imagen en Cima News 360

El denso humo negro cubrió en muy poco tiempo toda la atmósfera paraguanera causando alarma en la población.

De acuerdo con la información dada por una fuente interna a Cima News 360, la contingencia movilizó a la unidad de desechos tóxicos debido a que el incidente se dio en una laguna de desperdicios de productos de la refinación.

“El incendio se dio realmente sobre lo que llamamos una fosa tóxica. Ahí son vertidos lo que se conoce como intercambiadores. Estos son los desechos de la actividad refinadora. Factores externos como el calor o incluso un rayo puede ser la chispa que ocasione la combustión en estos depósitos”.

Explicó que la disposición final de estos productos son unos terrenos dispuestos por la petrolera, donde se hacen unas fosas; con unas profundidades considerables, para verterlos.

“Con unos Vacuum -camiones provistos con aspiradoras- se vacían las lagunas y se trasladan esos desechos a los terrenos. Una vez se llega a la capacidad máxima permitida todo es cubierto con varias capas de tierra hasta que quede bien compactado. Esos terrenos no se pueden usar para nada más”, detalla el trabajador petrolero.

La fuente desconoce si actualmente se están realizando estudios de impacto medioambiental, tomando en consideración que si bien no se están vertiendo al mar; pudiese estar afectados ríos subterráneos, así como la tierra y la vegetación silvestre circundante.

La versión oficial del ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, confirmó los incendios que se originaron en la referida planta y añadió que las instalaciones estaban funcionando de manera correcta.

«Hemos aprovechado para inspeccionar también las fosas donde se tratan las aguas, y hemos iniciado la recuperación total de esa zona afectada por los incendios; pero que no compromete las operaciones de producción para nuestro pueblo venezolano. Así que, junto a la clase trabajadora seguimos avanzando y venciendo”, manifestó El Aissami.

Ignorando los problemas

Eduardo Klein, coordinador del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad Simón Bolívar (USB), dejó en evidencia a través de Imágenes satelitales publicadas en su cuenta en Twitter que el ministro solo vio una parte de los problemas de Cardón e ignoró otros que también son evidentes.

“El Aissami visita la refinería Cardón y certifica que todas las operaciones están normales. Claro, normal es entonces esa fuga de gas en el tubo submarino de Río Seco; que tiene ya al menos 10 días. Son diez averías en menos de dos años, y parece entonces normal el derrame de petróleo”.

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Destacó que el 22 de mayo fue cuando los pescadores de Río Seco en Paraguaná reportaron una ruptura en el gasoducto submarino de PDVSA. 

“Por ahora solo hay gas pero es cuestión de tiempo para que bote crudo. Esta falla está más cerca de la costa que las anteriores”.

Previamente, Klein denunció que la refinería tuvo más de un mes con un derrame petrolero producto de un tubo submarino. 

“El 5 de mayo se ve -en la imagen satelital- como la marea mete una mancha al interior del Golfete de Coro. El golfete es hábitat de muchas especies que son sustento de los pescadores locales (…) La refinería Cardón descarga libremente hidrocarburos al golfo de Venezuela”.

Fuga de gasoducto submarino en la refinería de Cardón captada a través de imágenes satelitales /Imagen en Cima News 360
Fuga de gasoducto submarino en la refinería de Cardón captada a través de imágenes satelitales /Imagen en Cima News 360

La industria petrolera zuliana tampoco está exenta de problemas medioambientales; tal y como lo refleja el especialista en la localidad de Bachaquero.

En la zona se cuenta con un muro que evita que el lago inunde tanto a Bachaquero como a Lagunillas. Al lado del muro hay un canal que recoge las aguas de lluvia.

Explica que cuando ese canal se llena, un sistema de bombas se activa; y manda el agua al Lago por unos tubos que pasan por encima del muro, para evitar el riesgo de inundación.

“En teoría, el sistema es bueno, y evita las inundaciones (…) el problema es que ese canal está lleno de petróleo. Petróleo que PDVSA ha derramado por muchos años. Entonces cuando llueve el canal se llena, las bombas se prenden y bombean el petróleo al lago”, denunció.

Esa es la razón por la que muchas veces se ve que los derrames de petróleo salen de la orilla, producto del canal que tienen completamente lleno de hidrocarburos y que suma a los derrames diarios que ocurren en las plataformas, sostuvo.

Fuga de gasoducto submarino en la refinería de Cardón captada a través de imágenes satelitales /Imagen en Cima News 360

Un siglo de contaminación constante

Alejandro Álvarez Iragorry, biólogo y miembro de la ONG Clima21 y creador del programa permanente denominado Observatorio Venezolano de Derechos Ambientales (OVDHA); sostuvo que desde el inicio de la actividad petrolera la contaminación ha sido una constante, y sus efectos se han ignorado por diversas razones.

“La industria petrolera cumplirá en diciembre de 2022 un siglo de funcionamiento, y se puede afirmar que también fue el inicio del daño ambiental; ya que con el reventón del pozo Barroso II se liberaron sin control, en al menos 9 días, 900 mil barriles de petróleo”, dijo.

Esos primeros años fueron marcados por una industria petrolera artesanal donde se hicieron daños enormes y graves en costas, y en la barra del lago de Maracaibo, entre otros. Las distintas empresas que se hicieron cargo de la industria pudieron controlar esos daños en los años siguientes.

“Luego, en los años 80, PDVSA desarrolló el Plan Nacional de Contingencia que establecía todas las acciones para prevenir y mitigar los efectos de los derrames petroleros. Al inicio del nuevo siglo, la nueva PDVSA comenzó a tener problemas bastante operativos y eso se incrementó tras la pérdida de los profesionales que fueron despedidos. Hasta el 2017 la empresa estuvo informando de los derrames, siendo el cálculo unos 50 diarios, la mayoría pequeños cercanos a un barril o menos”.

Una vez se dejan de publicar esos informes y no se hacen declaraciones en materia de derrames se dejan de lado aspectos tan importantes como ¿dónde se iniciaron los eventos?, ¿cuáles fueron las causas?; ¿cuál fue el volumen o el tipo de hidrocarburo derramado?, y si fue controlado ¿qué se hizo para mitigar su avance e impacto?

“A partir de 2021, Clima21 comenzó a hacer un monitoreo de derrames petroleros para tener una base gracias al reporte de los medios de comunicación desde 2017 a 2021; ahí nos encontramos con 195 reportes, esto solo significa que la enorme mayoría no son informados, los medios de comunicación no se enteran”, añadió.

Pone como ejemplo los eventos que pueden ocurrir dentro de un campo petrolero. “A menos que estos derrames no caigan en un cuerpo de agua, que afecte a una comunidad, difícilmente estos son reportados. Igualmente, pequeños derrames tampoco son reportados. Solamente aparecen en los medios de comunicación los derrames importantes donde las comunidades hacen las denuncias”.

Específicamente en el Zulia, con 100 años de actividades petroleras, también se tiene un siglo con una gran cantidad de derrames diarios.

“Por goteo sencillamente de tuberías que están en muy mal estado que están cayendo al lago de forma continua. Eso no es noticioso, ningún medio lo reporta”.

Banalizar las afectaciones

Puso en evidencia cómo las autoridades desestiman el grave impacto que tienen estas situaciones no solo para el frágil ecosistema sino para las poblaciones que hacen vida alrededor de estos complejos altamente contaminantes.

“Esto llegó al extremo cuando este mismo año el ministro de Ecosocialismo hizo unas declaraciones a un medio de comunicación donde indicó que: ¿cuál era el gran problema con los derrames petroleros si eso siempre ha ocurrido? Ese tipo de declaraciones solo intenta minimizar y banalizar esa situación cuando desde el punto de vista legal y según los compromisos internacionales el gobierno venezolano está obligado a atender esas situaciones”.

Para el especialista existe una cadena de afectados directa o indirectamente de todos y cada uno de los derrames dentro de los complejos petroleros.

“En nuestro informe indicamos que estos derrames siguen afectando zonas donde hay comunidades pesqueras, operaciones turísticas; donde hay ecosistemas sensibles, parques nacionales costeros. A pesar de no tener la data con el número real esto sigue ocurriendo y son daños muy importantes, donde hay que tomar medidas claras”.

Una industria de riesgo

La industria petrolera siempre ha sido de riesgo por la naturaleza de sus operaciones, por lo que la legislación nacional e internacional les obliga a realizar una planificación previa de diseño e instalaciones, así como las complejas operaciones.

“Luego, y no menos importante, diseñar todas las acciones para un plan de contingencia que minimice la propagación de los daños. Por ejemplo, cuando hay un derrame en tierra y que hay el compromiso de que pueda terminar en el mar hay acciones sencillas como las barreras en tierra para evitar el avance. Lo segundo, es si llega al mar utilizar un segundo nivel de barrera».

Manifiesta que la falta de transparencia por parte de la estatal a la hora de manejar e informar sobre estos accidentes siembra la duda de si existe una respuesta oportuna.

“Lo que ha ocurrido con los últimos derrames reportados es que no se actúa a tiempo sino después de haber escalado a los medios. En el caso del derrame de El Palito, en 2021, se debió activar el plan nacional de contingencia que generara acciones claras”.

Detalla que hay carencias claras en la industria que pudieran ser multifactoriales como la financiera, de infraestructura, o personal capacitado para para hacerle frente a estas situaciones.

Precarios balances ambientales

El alcance de la contaminación por crudo se ha ocultado por alrededor de 10 años. Desde el año 2017 PDVSA no publica el “Balance de Gestión Social y Ambiental”, informe que la compañía está obligada a difundir cada año, reveló Transparencia Venezuela.

La petrolera registró 2.393 derrames de petróleo en 2010, cifra que ascendió a 8.250 derrames en 2016. En el año 2013 hubo un pico con 10.722 eventos.

En siete años, la compañía notificó 46.820 vertidos de hidrocarburos y otras sustancias.

Sobre el volumen de los derrames, los datos disponibles en los balances ambientales de PDVSA sumaron 856.722,85 barriles de crudo derramados entre 2010 y 2016.

De éstos, 236.286 barriles (más de 37 millones de litros) cayeron en cuerpos de agua, con su efecto perjudicial sobre las especies marinas y sobre la flora; así como también con afectación directa en las actividades económicas como la pesca, y en la salud de los pobladores más cercanos.

Aunque el artículo III de la Ley Penal del Ambiente tipifica los daños al ecosistema y establece penas para los funcionarios y empresas que cometan estas faltas, las direcciones encargadas de investigar delitos ambientales, adscritas al Ministerio Público (MP), no emprenden las averiguaciones.

Advierten que las denuncias son “engavetadas” porque la Fiscalía tampoco cuenta con los recursos ni funcionarios especializados para hacer inspecciones.

Los balances ambientales de PDVSA disponibles, desde 2010 hasta 2016, permiten calcular que los fiscales abrieron 77 expedientes sancionatorios contra la empresa por daños ambientales durante esos años.

Los informes de 2012 y 2013 precisan que los casos más recurrentes fueron por derrames de crudo. Ninguno de los balances, sin embargo, registró el cierre oficial de alguno de los procedimientos penales.

Solo se reportaron 2 casos concluidos (uno en 2011 y otro en 2012), de carácter administrativo, llevados por el Ministerio de Ambiente.

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