“Cuando el destino nos alcance” es el nombre en español de una película de ciencia ficción estrenada en 1973.
Este nombre resuena en este momento cuando en todo el mundo, cada vez más comunidades se enfrentan a condiciones meteorológicas extremas generando graves pérdidas humanas y materiales.
Los científicos llevan varios años alertando, hasta la angustia, sobre las cada vez mayores posibilidades de ocurrencia de estos fenómenos como consecuencia de la aceleración del calentamiento global, el elemento generador del cambio climático.
Nadie los oyó. Los avances para mitigar los efectos del cambio climático y promover la adaptación a la población a los cambios negativos son muy insuficientes y sigue avanzando la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Contra toda lógica, los gobiernos, sin importar su ideología, siguen fomentando el consumo de combustibles fósiles, postergando o negando la necesaria acción climática y siendo cómplices o partes de la destrucción de los ecosistemas de protección.
¿Cuántas muertes o daños serán necesarios para que cambien sus políticas?
O será hasta que los ciudadanos seamos los promotores de la transformación hacia sociedades sostenibles y justas, impulsores de nuevos modelos políticos y económicos basados en la solidaridad y la responsabilidad y no en la codicia y el ansia de poder.
Ya hay indicios de ese cambio: En varios países, ciudadanos comprometidos están demandando a los gobiernos por su inacción climática; En diversas partes del mundo comunidades se comienzan a preparar para afrontar los daños del cambio climático; Existen experiencias exitosas de rescate de ecosistemas y de producción agroecológica; Jóvenes en todo el mundo comienzan a actuar sin esperar que sean autorizados por los generadores del daño que ellos van a sufrir.
¿Y tú qué estás haciendo? El futuro es ahora. No hay más destino sino el que nosotros creamos.
Construyamos juntos el futuro.